Barriletes gigantes de Guatemala, patrimonio de Unesco

Los barriletes gigantes de los pueblos mayas guatemaltecos de Santiago y Sumpango, fueron declarados patrimonio inmaterial de la Unesco.

La tradición de los Barriletes Gigantes en Guatemala es una actividad que se realiza cada 1 de noviembre, durante la celebración del Día de Todos los Santos. Cobra vida con bastante relevancia en los municipios de Santiago Sacatepéquez y Sumpango, ubicados en el departamento de Sacatepéquez.

Se trata de una muestra de creatividad y también refleja el profundo respeto de los guatemaltecos por sus ancestros y la espiritualidad que rodea esta fecha.

Esas increíbles creaciones artísticas, algunas de las cuales alcanzan más de 20 metros de altura, son reconocidas, además de por la riqueza de la tradición, por su meticulosa técnica de elaboración y los mensajes que contienen: ambientalistas, sociales, de amor o convivencia.

Cientos de guatemaltecos y visitantes extranjeros acuden a presenciar cuando se elevan, en la conmemoración del Día de Todos los Santos, sobre los cementerios de esos dos poblados colindantes del departamento de Sacatepéquez, ubicados a unos 40 km al suroeste de la Ciudad de Guatemala.

La historia de los barriletes en Sumpango se remonta a una leyenda local que narra cómo, en el pasado, los espíritus malignos invadían los cementerios en la víspera de Todos los Santos, perturbando a las almas de los difuntos. Para proteger a estos espíritus benevolentes, los ancianos de la comunidad recomendaron la creación de barriletes. Al elevarlos, se creía que el ruido que generaban al chocar con el viento ahuyentaría a las entidades negativas, permitiendo que los buenos espíritus mantuvieran la calma.

Dos niñas frente a los barriletes gigantes en 1976. (Créditos: Patzun de mis Recuerdos)

La elaboración tarda más de seis meses desde que se hace a pequeña escala el boceto de los complejos diseños hasta que se arma la estructura de bambú, atada con varios metros de cordel, se cortan las piezas de papel china y se pegan para dar forma al enorme barrilete multicolor. Todo de forma artesanal.

En la actividad participan familias enteras que se reúnen en asociaciones para financiar los proyectos, que cuestan varios miles de dólares.

En un video del Ministerio de Cultura, Rudy Bucu, de la agrupación Corazón de Maíz, de Santiago, comenta que en su familia la elaboración de barriletes pasa de generación en generación: su abuela, su padre y ahora sus hijos.

Julio Asturias, del Comité de Barriletes de Sumpango, cuenta que sus abuelos, tras hacer volar el barrilete, lo quemaban cuando descendía nuevamente: «El fuego, como es purificador, hacía que se ahuyentaran los malos espíritus», explica.

Según el Ministerio de Cultura, la técnica de elaboración va «más allá de la expresión material que el barrilete representa, pues engloba una serie de procesos y significados enmarcados en el contexto social y cultural de las comunidades».

Ambas poblaciones son mayoritariamente maya-kaqchikel, por ello «tienen como principal influjo la cultura maya dentro de su cosmovisión», donde se puede «comunicar y celebrar a quienes ya hicieron el tránsito por la muerte».

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