Los libros sagrados de los pueblos confieren un sentido a todo lo existente y son la base para la explicación del origen de la vida, la naturaleza, el hombre y los dioses.
En las creaciones literarias precolombinas, sin duda alguna el Popol Vuh, libro sagrado de la cultura maya-quiché, representa la más importante obra producida por los pueblos mesoamericanos. La concurrencia de relatos míticos e históricos de diferente índole, dotan al texto de un sentido trascendente y expresan la idea de la totalidad y el equilibrio, que son nociones escenciales para entender el simbolismo de sus manifestaciones religiosas.
El 30 de mayo se conmemora en Guatemala el Día del Popol Vuh en Guatemala, el libro ha trascendido históricamente en la literatura nacional y universal.
Se le considera representativo de Guatemala y la humanidad por su enfoque y alto contenido espiritual y cosmogónico. El Popol Vuh representa una visión de la creación de la humanidad desde la perspectiva maya-quiché.
Su nombre alude a petate o estera, aunque también se interpreta como Libro de la Comunidad, Libro del Pueblo o El Libro Sagrado y ha sido objeto de numerosos análisis y estudios, y sus personajes centrales también figuran en dinteles y frisos mayas.
El 30 de mayo de 1972, el Popol Vuh fue declarado Libro Nacional de Guatemala por el presidente Carlos Manuel Arana Osorio.
Posteriormente, el 22 de agosto de 2012 el Ministerio de Cultura y Deportes lo declaró Patrimonio Cultural Intangible de Guatemala, por ser de interés del Estado, por su valor histórico, cultural, filosófico, espiritual, y por contribuir al fortalecimiento de la identidad nacional.
En la tradición maya k´iche´, el Popol Vuh narra las historias antiguas de este pueblo hasta la llegada de los españoles, en 1524 y es considerado como uno de los textos más importantes de la literatura indígena, también llamado Popol Wuj.
Algunos estudios estiman que fue escrito entre 1554 y 1558 y traducido al español por el dominico Francisco Ximénez, entre 1703 y 1705.
Según datos históricos, el original se encontró en Chichicastenango, Quiché, en 1703.
La traducción de Ximénez se encuentra actualmente en la Librería Newberry en Chicago, Estados Unidos.
De la interpretación destacan los trabajos de Karl Ritter Scherzer en 1857; el abate Brasseur de Bourbourg, 1861; Schultze Jena, 1944; Adrián Recinos, 1947; Munro S. Edmonson, 1971; Adrián Chávez, 1981 y Sam Colop en 2009.
Algunos historiadores determinan que este libro cuenta con tres partes fundamentales para su comprensión.
Inicialmente, el Popol Vuh se enfoca en la creación y origen del hombre, el que, después de varios intentos infructuosos, fue hecho de maíz.
Seguidamente, se relatan las aventuras de los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, además de sus padres sacrificados por los genios del mal, en el reino de Xibalbá.
Asimismo, presenta una lección moral, la cual muestra el castigo a los malvados y la humillación de los soberbios.
Por último, el libro relata la vida del pueblo k’iche´, desde su salida del mítico Tulán hasta los últimos reyes aniquilados por los españoles. También relata la distribución de este pueblo en el país, las guerras y su predominio antes de la conquista.
Antropólogos, literatos y profesionales de diversas ramas consideran que el Popol Vuh no es un libro fácil de digerir, esto por la gran cantidad de símbolos y metáforas que contiene. De hecho, cada vez que se hace un análisis de contenido surgen nuevas interpretaciones.
En tal sentido, se presenta como un texto enriquecido, simbólico, análogo y único en la literatura universal. Más allá de su densidad, dificultad de interpretación o sincretismo, es un digno representante de la cultura nacional.