Estados Unidos efectuó el jueves ataques aéreos contra instalaciones de almacenamiento de armas en zonas controladas por los rebeldes hutíes en Yemen, respaldados por Irán, según informó el Departamento de Defensa.
Los objetivos incluían varios búnkeres utilizados por los hutíes para almacenar componentes de armas empleados en ataques a embarcaciones civiles y militares en la región.
El operativo militar se realizó mediante bombarderos B-2, que llevaron a cabo ataques de precisión contra cinco ubicaciones clave.
Lloyd Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos, afirmó que estos bombardeos demostraron la capacidad global de ataque del país para “actuar cuando sea necesario, en cualquier momento y lugar”. Estas acciones buscan debilitar la capacidad de los hutíes de seguir atacando la navegación en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Austin explicó que los ataques se realizaron “por orden del presidente Biden” para degradar la capacidad de los hutíes y proteger tanto a las fuerzas estadounidenses como al personal en una de las rutas marítimas más críticas del mundo.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, afirmó que esta operación demostró la capacidad global de Washington para “actuar cuando sea necesario, en cualquier momento y lugar” (AP Foto/Kin Cheung)
El funcionario estadounidense reiteró que “los ataques ilegales de los hutíes” contra embarcaciones frente a sus costas “siguen perturbando el libre flujo del comercio internacional, amenazan con provocar una catástrofe medioambiental y ponen en peligro la vida de civiles inocentes y de las fuerzas estadounidenses y de sus socios”.
“EEUU no dudará en tomar medidas para defender las vidas y los bienes estadounidenses, disuadir los ataques contra civiles y nuestros socios regionales, y proteger la libertad de navegación y aumentar la seguridad en estas vías”, sentenció.
Por su parte, el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), encargado de las operaciones militares en la región, señaló que no se registraron bajas civiles tras la misión.
El ataque también pareció ser una advertencia indirecta a Irán, el principal benefactor de los hutíes, que ha atacado a Israel con misiles balísticos dos veces durante el año pasado.
El B-2 se utilizaría en cualquier ataque estadounidense contra instalaciones nucleares iraníes reforzadas como Natanz o Fordo, dado que es el único avión en servicio que puede lanzar misiles GBU-57, conocidos como “Penetradores de artillería masiva”.
El vicepresidente de la Autoridad de Medios de Comunicación de los hutíes, Naser al Din Amer, amenazó con que Washington “pagará el precio de su agresión contra Yemen” y reiteró que sus ataques “no disuadirán a Yemen de su posición de apoyo a Gaza”, según expresó a través de su perfil en la red social X.
El Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), encargado de las operaciones militares en la región, señaló que no se registraron bajas civiles tras la misión (REUTERS/Stringer/Foto de archivo)
“La posición de Saná antes y después del ataque es fija e inmutable: apoyar a Gaza, Líbano y todos los frentes de confrontación contra la entidad enemiga sionista y sus socios estadounidenses y occidentales”, sostuvo.
Los hutíes, que controlan la capital yemení, Saná, y otras zonas del norte y el oeste del país desde 2015, han lanzado varios ataques contra territorio de Israel y contra buques con algún tipo de conexión israelí a raíz de la ofensiva desatada contra Gaza tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por el grupo terrorista Hamas.
Asimismo, han tacado buques y drones estadounidenses y británicos en respuesta a los bombardeos de estos países contra Yemen.
Con información de AFP y Europa Press