El Gobierno de Guatemala presentó el martes los cambios realizados a la prisión «El Infiernito» para que pueda recibir a aproximadamente 250 presos de alta peligrosidad.
«Las cárceles ya no van a ser los centros de crimen que fueron», advirtió el presidente Bernardo Arévalo de León en la entrega del remozamiento por parte del Ministerio de Gobernación (Interior).
La cárcel se encuentra en el departamento de Escuintla y fue rebautizada ahora como «Renovación I».
Arévalo de León calificó a la antigua cárcel como un «espacio donde la extorsión y el tráfico de drogas, entre otros delitos, encontraban un refugio permanente».
Es por ello que el presidente guatemalteco valoró positivamente que, a partir de ahora, todos los presos no contarán con «privilegios» y serán tratados por igual.
De acuerdo al Ministerio de Gobernación, la nueva cárcel podrá recibir a 250 reos de alta peligrosidad, quienes serán controlados con un circuito cerrado de cámaras, además de máquinas de rayos X para vigilar todo lo que ingresa a la prisión.
El mandatario también destacó que los guardias penitenciarios del nuevo centro carcelario no convivirán con los reos, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, ya que contarán con «espacios dignos».
En el mismo sentido, Arévalo también recalcó que el Sistema Penitenciario vivirá una «nueva época» ya que se va a «transformar» el manejo y la administración de las prisiones.
Arévalo recorrió las instalaciones de la cárcel reestructurada en compañía del ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, quien de igual forma recordó que la prisión no es un lugar de «vacaciones» para los reos.