Con el objetivo de impulsar el desarrollo económico del Triángulo Norte de Centroamérica y México, se han presentado diversas propuestas de infraestructura ferroviaria que una a todos los países interesados. Una de las principales es la implementación de «corredores logísticos comodales de integración y desarrollo», que incluyen proyectos ferroviarios en los países de la región.
El Plan de Desarrollo Integral para El Salvador, Guatemala, Honduras y el sureste de México presentado en la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) en 2019 abunda en proyectos para establecer o reactivar rutas ferroviarias.
Guatemala tiene contemplada una conexión ferroviaria norte-sur que busca rehabilitar la red ferroviaria existente, el antiguo Ferrocarril de los Altos, e incluso habilitar nuevas rutas.
El Gobierno de Guatemala firmó el 14 de enero 2022 un convenio de línea ferroviaria para carga comercial con México a través de Ferrovías y la empresa mexicana Remed, el cual aún se encuentra en pausa.
El proyecto permitiría la habilitación del primer tramo que correría paralelo a la ruta CA-2 Occidente, contemplaba 800 kilómetros de vía férrea y pretendía conectar 11 departamentos, 4 puertos y dos pasos fronterizos con México y El Salvador.
A futuro se buscaba habilitar un ramal que conectara hacia el Atlántico. De esa forma, se podría tener una ruta interoceánica ferroviaria.
Recientemente, en el marco de la reunión entre el presidente de Guatemala Bernardo Arévalo y su par de México Andrés Manuel López Obrador, se anunció una conexión del tren mexicano con Guatemala.
El 22 de diciembre 2023 se inauguró el servicio de trenes de pasajeros de la línea Z, como parte de la ruta del istmo del proyecto denominado Corredor Interoceánico del Istmo Tehuantepec.
En tanto, el pasado 4 de julio el referido ferrocarril realizó el primer viaje de carga. El primer recorrido se hizo con 13 mil 500 toneladas de grano de maíz blanco que viajó del puerto de Salina Cruz en el estado de Oaxaca y arribó al puerto de Coatzacoalcos en Chinameca, en el estado de Veracruz.
La Línea tiene una extensión de 269 kilómetros y se realiza en un tiempo estimado de 10 horas, según detallaron medios mexicanos.
Honduras entra al proyecto
Honduras no se quiere quedar atrás, por lo que lograr un ferrocarril interoceánico se convirtió de interés prioritario en el gobierno de Xiomara Castro.
Se tiene proyectado que la ruta hondureña sea trazada desde el puerto Cortés al puerto Seco con una longitud de 90 kilómetros.
Mediante un decreto presidencial se creó la Comisión Nacional del Ferrocarril Interoceánico (CONFI) cuya función es crear las condiciones para la implementación del referido medio de transporte.
Durante su reciente visita a Guatemala el 22 de junio, Castro y su comitiva presentaron al presidente Bernardo Arévalo el proyecto como una visión regional en los ámbitos sociales y económicos.
Honduras busca ser una opción “más atractiva y viable” que el canal de Panamá y con ese objetivo, el presidente ejecutivo de la CONFI, Héctor Zelaya, le presentó el proyecto al gobierno de los Estados Unidos a través de la titular del Comando Sur de Estados Unidos, General Laura Richardson.
El Salvador vuelve a quedarse a la zaga
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) se comprometió a realizar estudios para determinar la factibilidad de una red ferroviaria en El Salvador, que incluiría uno de los proyectos emblemáticos del presidente Nayib Bukele.
La cooperación técnica debiera comenzar durante el primer trimestre del año 2021, según el banco. Se desconoce que ha sucedido con el tema en El Salvador desde entonces.
La autoridad portuaria y aeroportuaria de El Salvador, Cepa, anunció en su momento que trabajaba en los términos para lanzar los estudios de prefactibilidad y factibilidad. Tampoco se adelantó en el tema. El Salvador se limitó a una campaña de propaganda que crearía el Tren del Pacifo, que uniría Acajutla y el puerto sur de La Unión, al oriente del país, en lugar de volver a ver a Guatemala, México y Estados Unidos, los mayores socioos comerciales de El Salvador.
El BCIE manifestó que contrataría a un especialista en transporte ferroviario para establecer los parámetros del estudio de viabilidad y definir las características necesarias para hacer del tren un proyecto regional. Ese especialista, Camilo García, lo presentó poco después la administración de Bukele. El Gobierno salvadoreño tampoco le dió curso a las recomendaciones.
Si bien el Gobierno salvadoreño se empecinó con el Tren del Pacífico, propuesta de la primera campaña de Bukele con la que logró su primera presidencia, incluida en su plan de gobierno de Cuscatlán, la idea del banco era extender la línea ferroviaria de pasajeros y carga en toda la región, incluyendo a Honduras, Guatemala.
Ya entrado en su segunda Administración, el gobierno de Nayib Bukele olvidó la línea de tren interoceánico y se ha adentrado en la construcción de un aeropuerto al oriente de El Salvador, aislándose del quizá más importante proyecto del Triángulo Norte de Centroamérica.