La prominente Señora Seis Cielo, que representa una figura femenina de gran poder en la cultura Maya, volvió a su tierra ancestral y comenzó a exhibirse desde el pasado sábado en el Museo de Guatemala.
Wak Chanil Ajau, como le llaman aún los mayas, es un monumento emblemático que representa a una de las figuras femeninas más connotadas del período Clásico Tardío de la cultura maya (600 al 800 d.C.).
La Señora Seis «encarna la esencia misma de nuestra identidad y legado de nuestros ancestros, y nos transporta a una época de grandeza y de sabiduría cuando nuestras civilizaciones florecían en armonía con la naturaleza y el cosmos», explicó en la develación de la pieza a su retorno a Guatemala la ministra de Cultura, Liwy Grazioso.
Con 190 centímetros de alto por 88 centímetros de ancho, 26 centímetros de grosor y un peso de más de una tonelada (2.866 libras), este monumento constituye un registro escultórico por su individualidad, material y técnica de grabado, asegura el Ministerio de Cultura en un comunicado.
Cuenta una historia, es un símbolo de la autoridad y del prestigio de la realeza femenina en la antigua ciudad de Naranjo-Sa’al, ubicada en la selva del norteño departamento de Petén, fronterizo con México y Belice.
«La Señora Seis Cielo es un testimonio tangible del poder y la influencia que las mujeres ejercieron en la sociedad maya, ya que se destacó por alianzas estratégicas, avances en la arquitectura y un profundo compromiso con las tradiciones religiosas y ceremoniales de su pueblo», subraya el comunicado.
La figura ancestral retornó a Guatemala el pasado 3 de julio, luego de casi tres años de permanecer en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, donde estuvo en calidad de préstamo.
Tras ser develada durante un acto oficial en el Museo Nacional de Arqueología y Etnología de la capital guatemalateca, en el que se ha resguardado desde 1976, la pieza comenzó a ser visitada por historiadores y apasionados de la arqueología.
«La reina Seis Cielo es un ejemplo único que debe ser considerado como icónico para la revaloración y empoderamiento de las mujeres mayas contemporáneas y de las mujeres guatemaltecas en General», destacó la arqueóloga Vilma Fialko.