El presidente Bernardo Arévalo, acompañado del ministro Félix Alvarado, reveló que encontraron indicios de posible corrupción en el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV).
Alvarado indicó que el deslizamiento de tierra en la autopista Palín-Escuintla desnudó las falencias de décadas y la operación que persiste de actores de corrupción por un sistema que tiene efectivamente cooptada una parte de lo que ocurre dentro del ministerio.
Según mencionó, para la respuesta a la emergencia en dicho tramo carretero se previeron adjudicaciones dentro de los primeros días del estado de calamidad. En el primer intento de encontrar un oferente hubo solo un candidato con una oferta con sobreprecio, que alcanzaba el presupuesto total para responder a las emergencias para las lluvias en carreteras, aseveró.
Luego, por medio de una licitación por invitación se recibieron ofertas incluso por un tercio de la oferta original. Sin embargo, indicó que el director de Caminos intervino en la junta de calificación que evaluaba al mejor candidato. Como resultado, Alvarado aseveró que uno de los miembros de la junta, que ya había dado su opinión, se detractó y se separó del proceso.
Hemos podido ver al monstruo de cerca y de frente.
El presidente Arévalo condenó estas actuaciones y señaló que son articulaciones de sectores que han estado abusando por el beneficio particular.
En respuesta, el Gobierno decidió destituir al funcionario y proceder con una denuncia penal.
Tanto el presidente Arévalo como el ministro Alvarado describieron estas acciones como una actuación desesperada de sectores que buscan la corrupción que están enquistados en las instituciones. Específicamente a la celeridad del estado de calamidad que seguía vigente, que provocó que la mano de la corrupción se hiciera visible.