El presidente chileno, Gabriel Boric, acusó el jueves a la corte suprema venezolana de «consolidar el fraude» electoral en ese país, tras convalidar la reelección de su homólogo Nicolás Maduro.
«Hoy el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia», aseguró Boric en una publicación en su cuenta en X, donde además afirmó que «Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía».
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) convalidó el resultado de las elecciones del 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo proclamó vencedor con 52% de los votos. El fallo es inapelable.
La oposición, que tachó de «nula» la decisión, asegura haber ganado los comicios y acusa tanto al TSJ como al CNE de servir al chavismo.
El mandatario chileno fue uno de los primeros gobernantes en poner en duda la transparencia de las elecciones presidenciales de Venezuela.
«No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto y es indiferente ante el exilio más grande del mundo solo comparable con el de Siria producto de una guerra», agregó Boric, uno de los mandatarios de izquierda más críticos de Maduro.
Solo en Chile hay 530.000 venezolanos, parte de los casi 8 millones que huyeron de la crisis en su país.
El canciller venezolano, Yván Gil, reaccionó atacando a Boric, «una pieza comprada por Estados Unidos, cobarde y arrastrada». «Boric pasa de ser el hazme reír de un continente, al más sumiso peón del imperialismo norteamericano», escribió el ministro en su canal en Telegram. «¡Cuanta falta hace en Chile un Salvador Allende!», añadió.
«El adjetivo cuando no da vida, mata», se adelantó Boric en su publicación, citando al poeta chileno Vicente Huidobro, «y ellos han asesinado la palabra democracia».
«La dictadura de Venezuela no es la izquierda», añadió. «Es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos».
Tras el anuncio de los resultados, el 29 de julio, estallaron protestas en Venezuela con saldo de 27 fallecidos, casi 200 heridos y más de 2.400 detenidos, que son tachados de «terroristas» por Maduro.