¿Qué es la ‘Nueva Ruta de la Seda’ y en qué se benefician los países de Latinoamérica?

by Redacción

La ‘Nueva Ruta de la Seda’, también conocida como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI)es un proyecto global, impulsado por China desde 2013 y busca fortalecer la conectividad comercial y la cooperación internacional a través de inversiones en infraestructura, energía, telecomunicaciones y transporte. es un proyecto liderado por China con el cual buscan fortalecer sus lazos económico con Europa, Asia, África y América Latina. Además, busca robustecer la conectividad global por medio de inversiones en infraestructura, transporte, energía y tecnología, promoviendo así el comercio internacional y el desarrollo económico.

Actualmente son 146 países que hacen parte del proyecto, 20 de ellos son de América Latina. Estos países son Antigua y Barbuda, Argentina, Barbados, Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Granada, Guyana, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Perú, Suriname, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Panamá se retiró de la Ruta de la Seda en febrero de este año.

Oficialmente todavía Colombia no ha firmado su adhesión, pero el presidente Petro aseguró que la firmará.

“Vamos a firmar la Ruta de la Seda, tanto América Latina como Colombia somos libres, soberanos e independientes. Y las relaciones que establecemos con cualquier pueblo del mundo, al norte, al este o al sur, deben ser en condiciones de libertad, de igualdad”, dijo el presidente desde China.

El presidente panameño, José Raúl Mulino, anunció la cancelación del acuerdo económico de la Ruta de la Seda con China, tras presiones de Estados Unidos para que reduzca la influencia de Pekín sobre el canal de Panamá.

Por su parte, Remi Stellian, quien es profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana explicó que “para China, La Nueva Ruta de la Seda es de vital importancia en el marco de su ambición de ser una potencia mundial. Poder reforzar vínculos con otros países, asegurar oportunidades de venta de sus (gigantescas) capacidades de producción, y ser menos dependiente de Estados Unidos”.

¿Será un tipo de TLC?

Los expertos coinciden en que este no sería un tipo de Tratado de Libre Comercio, ya que un TLC se debe negociar y además contiene algunas ventajas arancelarias. “Son dos cosas totalmente diferentes”, puntualizó Carlos Ronderos, consultor en Comercio y Negocios Internacionales.

Mientras que Stellian agregó que “por el momento, no se sabe cuál sería el contenido de la cooperación entre China y Colombia en el marco de la Franja y la Ruta de la Seda”.

Aunque el profesor de la Universidad Javeriana también detalló que al analizar los antecedentes de otros países que ya están involucrados, «podemos anticipar que se trata de un acuerdo sobre la construcción de infraestructuras en el país, con ciertas contrapartidas».

¿Beneficioso o riesgoso?

La Nueva Ruta de la Seda tendría más beneficios que riesgos. Ronderos señaló que esta sería una buena oportunidad para que Colombia, por ejemplo, mejorara su déficit comercial con China. El año pasado el país cerró con un déficit de US$12,391 millones FOB frente al gigante asiático.

“Colombia tiene un déficit comercial muy grande con China y obviamente ayudaría mucho si dentro de esa cooperación se agilizan, por ejemplo, los trámites de protocolos fitosanitarios para el cerdo y para el limón tahití, que nos den entradas más rápido de productos agrícolas a China”, mencionó el consultor en Comercio y Negocios Internacionales.

Agregó que es posible que haya una susceptibilidad de parte de Estados Unidos, aunque aclaró que el memorando en sí no contiene “absolutamente nada que pueda poner en jaque o en duda nuestra relación con Estados Unidos, a no ser que el gobierno decida”.

Por su parte, Stellian explicó que “diversificar las relaciones internacionales hacia Asia puede convertirse en una oportunidad si las discusiones con China se hacen de la forma correcta, buscando un consenso y con el objetivo de estimular el desarrollo del país”.

Con información de El Economista

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