Una isla de basura ha inundado al lago Amatitlán, en Guatemala, con desechos arrastrados hasta la zona a causa de las lluvias en semanas recientes. De acuerdo con la Autoridad del Lago Amatitlán (AMSA), se han recolectado 5,420 metros cúbicos de basura del agua en lo que va de 2024. Las tormentas han agudizado el problema.
La contaminación ha provocado niveles elevados de nitrógeno en las aguas, promoviendo el crecimiento excesivo de microcistinas, cianobacterias que liberan toxinas y generan un color verdoso en el líquido del lago. Los pescadores denuncian que la presencia desechos y cadáveres de animales han puesto en peligro sus medios de vida y salud.
Miles de botellas de plástico, bolsas, llantas, colchones y hasta cadáveres de animales se han encontrado en el lago de Amatitlán.
La contaminación en Amatitlán se agrava cada vez que llueve. El impacto es tal que prácticamente lo ha convertido en un lago de basura debido a la severa cantidad de desechos que acumulan luego de ser abandonados en las calles o en las laderas.
La lluvia arrastra residuos sólidos y otros contaminantes desde áreas urbanas y rurales hasta estos cuerpos de agua.
En total, en la cuenca del lago Amatitlán, en dos días se acumularon unos 1 mil 200 metros cúbicos de residuos que fueron arrastrados por el agua, en su mayoría botellas o recipientes plásticos, metales y otros objetos no degradables. Además, también localizaron cuerpos de animales sin vida.
Retirar los residuos se convirtió en una extenuante jornada para el personal de la División de Control Ambiental de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (Amsa), que se encarga de extraer la mayor cantidad posible de basura luego de las lluvias.
Amsa ha informado que diariamente, en promedio, se extraen 240 metros cúbicos de residuos.
Una parte se extrae manualmente, otra con plantas acuáticas y hasta una retroexcavadora que remueve las toneladas de basura acumuladas.
La problemática ocurre año con año, pero al iniciar la época de lluvia suele aumentar el nivel de contaminación en los ríos Villalobos, Pampumay, Frutal, Zacatal y Pinula, que son parte de la cuenca del lago de Amatitlán.
La división encargada de la limpieza trabaja contrarreloj cuando aumentan las precipitaciones, pues detener las extracciones puede representar un problema ambiental cada vez mayor, ante el riesgo de una acumulación excesiva de basura.
Con información de PrensaLibre y Agencia Digital de Noticias -ADN-