El Congreso de Guatemala rechazó el jueves el estado de Calamidad decretado por el presidente, Bernardo Arévalo de León, a fin de obtener los recursos necesarios para atender la emergencia nacional que ha provocado la temporada de lluvias en el país.
Con 96 votos en contra los diputados de partidos de oposición desaprobaron la medida con la que el Gobierno de Arévalo de León pretendía acceder a fondos de emergencia por un mes para hacer frente a la crisis en carreteras y áreas rurales producto de las fuertes lluvias que azotan Guatemala desde hace 6 semanas.
El estado de Calamidad fue planteado por Arévalo de León el pasado 8 de julio, ante una temporada de lluvias que hasta este jueves ha dejado 17 personas fallecidas.
El diputado oficialista David Illescas dijo durante la sesión legislativa que los parlamentarios de oposición no aprobaron el estado de Calamidad porque este no contemplaba «sobornos» o «beneficios» individuales para los legisladores.
Por su parte, diputados opositores aseguraron que la emergencia puede ser atendida con «el presupuesto ordinario» que tiene asignada cada entidad estatal, además que no hay transparencia en los usos de los dineros del pueblo.
De acuerdo con datos de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), existen 505 carreteras afectadas y 44 puentes dañados debido a las fuertes lluvias.
En abril pasado, el Congreso guatemalteco también rechazó otro estado de Calamidad planteado por Arévalo de León, con el que intentaba hacer frente a la temporada de incendios que arrasó con miles de hectáreas de bosque de todo el territorio.
Las leyes guatemaltecas indican que un «estado de Calamidad» es un mecanismo que le permite acceder a fondos de emergencia de las instituciones responsables de atender crisis de diferente índole.
El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanologia, Meteorologia e Hidrología (Insivumeh) ha alertado que la temporada de lluvias en Guatemala podría extenderse hasta noviembre y se espera que la siguiente semana una nueva onda del Este pueda ingresar al país, intensificando las precipitaciones en el Caribe y el norte del país.
