El gobierno de Guatemala revocó el viernes la licencia ambiental para operar a cielo abierto la mina de capital canadiense «Cerro Blanco» de la corporación Bluestone Resources, situada cerca de la frontera con El Salvador, y rechazada por ambientalistas, informaron fuentes oficiales.
«El ministerio de Ambiente ha decidido que el procedimiento para acceder a una licencia ambiental debe enmendarse», dijo en rueda de prensa la titular de la cartera, Patricia Orantes.
La mina, que aún no está en operación, es de la compañía canadiense Bluestone Resources. La compañía quiere extraer más de 250 millones de metros cúbicos de suelo y subsuelo de un yacimiento de oro y plata en el municipio de Asunción Mita, Jutiapa.
La licencia para operar la mina fue emitida el 9 de enero, cinco días antes del fin del mandato del presidente Alejandro Giammattei. Esa licencia permitía el cambio de explotación subterránea a una de cielo abierto.
La empresa canadiense Bluestone Resources Inc. informó el 18 de enero que el Ministerio de Medio Ambiente de Guatemala autorizó el cambio, lo que afectaría el cauce del río Lempa, el más importante de El Salvador y limítrofe con Guatemala.
Agregó que el Ministerio de Energías y Minas guatemalteco «también ha actualizado, mediante resolución, la licencia minera aprobada del proyecto para reflejar la modificación del permiso ambiental y el cambio al método de minería a cielo abierto». Según la empresa, este proyecto producirá 2,6 millones de onzas de oro durante la vida útil, planificada inicialmente para 14 años.
Ante esto, el nuevo Gobierno de Bernardo Arévalo de León, a través de su Ministerio de Medio Ambiente, dijo estar analizando la situación.
Sin embargo, Orantes destacó que esa modificación implica «un proyecto enteramente nuevo y diferente al original».
Según la ministro, además se detectaron firmas falsas en la autorización de la nueva licencia y el extravío de más de 900 folios del proyecto.
La minería a cielo abierto «es altamente impactante en términos potenciales» de la contaminación del agua, «la pérdida de suelo fértil, flora y fauna y alteraciones geomorfológicas por la extracción» de millones de materiales del suelo y subsuelo, afirmó Orantes.
Dirigentes locales y organizaciones ambientalistas denuncian que la mina contaminará el lago Güija, compartido por Guatemala y El Salvador, y el río Lempa, que nace en Guatemala y es la principal fuente de agua de El Salvador.