Cinco personas fueron arrestadas por la muerte de Matthew Perry, estrella de la serie Friends, quien fue encontrado inconsciente en su casa de Los Ángeles el pasado octubre, informaron las autoridades federales el jueves.
Entre los detenidos está Jasveen Sangha, también conocida como “la reina de la ketamina”, y dos médicos, Salvador Plasencia y Mark Chavez, acusados de trabajar con otros para entregarle ketamina a Perry entre septiembre y octubre de 2023.
Los principales acusados, Sangha y Plasencia, enfrentan entre otros los cargos de conspiración para distribuir ketamina, distribución de la droga con un resultado mortal, posesión con intención de distribuir, y la alteración y falsificación del historial relacionado con una investigación federal.
Una autopsia determinó que la causa de la muerte de Perry fueron los “efectos agudos de la ketamina”, una droga controlada que Perry, un adicto en recuperación, estaba tomando como parte de una terapia supervisada.
La ketamina es un fármaco utilizado en medicina y veterinaria por sus propiedades sedativas, aunque sus efectos alucinógenos también lo hacen un compuesto peligroso cuando se consume como droga recreativa.
Entre la propia comunidad médica, si bien es ampliamente usada como anestésico, sedante y analgésico, la ketamina genera diversidad de opiniones por sus fuertes propiedades disociativas.
En 2019, un derivado del fármaco fue aprobado en Estados Unidos y la Unión Europea para casos graves de depresión que no han respondido a otros tratamientos.
Y otros estudios recientes exploraron su uso potencial para tratar adicciones como el alcoholismo.
Sin embargo, muchos han arrojado dudas al respecto por falta de una evidencia médica más amplia.
¿Para qué se usa la ketamina en medicina?
En los hospitales la ketamina se utiliza como sedante, anestésico y analgésico.
También tiene un uso generalizado en la sedación de animales.
La primera molécula fue sintetizada en 1962 por el equipo del profesor Calvin Lee Stevens, de la Universidad Estatal Wayne en Míchigan, Estados Unidos.
Dos años más tarde, esta molécula fue probada durante un ensayo clínico y rápidamente se introdujo en la práctica clínica como anestésico.
En los últimos años, diferentes estudios exploraron el uso de la ketamina para tratar adicciones y casos severos de depresión.
En 2019, el University College de Londres publicó un estudio experimental que halló que una pequeña dosis de ketamina podría ayudar a reducir la ingesta de alcohol, aunque recomendaron seguir investigando.
El mismo año, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Comisión Europea aprobaron que la esketamina, un derivado de la ketamina, pudiera ser administrado como spray nasal, en conjunción con otro antidepresivo oral, para tratar casos severos depresión en adultos que han intentado otros tratamientos pero no han conseguido beneficiarse de ellos.
Dicha aprobación se dio a pesar de varias críticas sobre las limitaciones de la evidencia médica al respecto.
¿Qué efectos produce la ketamina en el cuerpo?
Conocida como “Special K” o “Kit Kat”, la ketamina también se vende y se consume como droga recreativa por sus efectos alucinógenos.
Parece un polvo blanco granulado y reduce las sensaciones en el cuerpo, lo que pone a los consumidores en riesgo de sufrir lesiones.
La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), señala que “la ketamina distorsiona la percepción de la vista y el sonido y hace que el consumidor se sienta desconectado y sin control”.
“Hace que los pacientes se sientan separados de su dolor y alrededores”, añade.
También induce a estados sedativos, haciéndonos sentir calmados y relajados, y nos puede conducir a episodios de amnesia.
“En dosis bajas produce un estado parecido al alcohol, con dificultades para hablar o andar, y también puede inducir a estados de euforia que pueden durar desde 15 minutos hasta 2 o 3 horas”, le dice a BBC Mundo Bruno García Mendive, especialista en anestesiología y reanimación con amplia experiencia trabajando en Cuba y España.
“Combinada con alcohol, puede producir depresión respiratoria y paro cardiaco. De ahí el peligro de su uso libre y descontrolado, con grandes riesgos de mortalidad si no existen medios de reanimación ante complicaciones”, añade.
“La ketamina también ha sido utilizada para facilitar agresiones sexuales”, comenta la DEA.
Otros efectos incluyen la agitación, depresión, dificultades cognitivas, inconsciencia, movimientos oculares rápidos, pupilas dilatadas, salivación, secreciones lagrimales, rigidez muscular y posibles náuseas.
Los daños en la vejiga son comunes en las personas que consumen ketamina ilegal de forma recreativa.
¿Por qué la ketamina genera opiniones diversas?
Desde que se comenzó a usar médicamente,la ketamina divide a defensores y críticos, según un artículo publicado por los Institutos Nacionales de Salud en EE.UU.
García Mendive señala que entre los especialistas genera conflicto la fuerte disociación que puede causar la ketamina al administrarse como anestesia, siendo necesario emplear otros fármacos para contrarrestar este efecto secundario.
Es por ello que muchos en el gremio prefieren usar otros anestésicos y optan por evitar la ketamina en varios procedimientos.
Al igual que sucede con el potencial efecto antidepresivo de otras sustancias como los hongos alucinógenos, la cobertura mediática sobre la ketamina también genera llamados de advertencia.
Este año, un grupo de investigadores liderados por Nicollette Thornton, de la Universidad de Sídney, en Australia, concluyeron que la ketamina era representada en medios con una luz “extremadamente positiva”, con pocas referencias a la “eficacia y seguridad a largo plazo” y con citas de líderes de opinión siendo “demasiado optimistas en comparación con la base existente de evidencia”.
Con información de BBC